jueves, 31 de octubre de 2013

MIEDO

El miedo es una emoción básica que compartimos con los animales.
Los efectos son tanto emocionales como físicos. Hay situaciones en las que uno tiene miedo sin ser consciente de ello, pues se puede disfrazar de cólera o de pena.
Esta emoción es un mecanismo de defensa fisiológico que nos ha permitido  estar a estas alturas de civilización.Gracias al miedo hemos podido refugiarnos cuando estábamos frente a un depredador(prehistoria) o por miedo hemos desarrollado medidas de supervivencia.
En los primeros años de vida, los niños viven muchos miedos, racionales e irracionales.Forman parte de la evolución. Obviamente, los adultos deseamos protegeros y que no pasen por experiencias desagradables y es aquí donde debemos de reconocer los miedos de nuestros hijos, escucharles y estar a su lado mientras lo encaran.



A fin de superar el miedo, el niño desarrolla confianza en sí mismo, confianza en el mundo. Pero lo que se desarrolla sobre todo es la fe en las indicaciones que le suministra su propia emotividad. Es por ello que conviene prescindir de expresiones como "no tengas miedo que no hay motivo"o" anda, que ya eres mayor para tener miedo", o reírse de sus miedos.
Es conveniente preguntar a nuestros hijos o alumnos a qué tienen miedo, qué es lo que sienten,...
El compartir estas emociones y el ofrecer la escucha activa y afecto dentro del hogar y de la casa, estamos construyendo adultos felices.
Es imprescindible que como adultos, que tomemos en serio el miedo de nuestros hijos, y le transmitamos dos mensajes:
- les queremos y aceptamos cualesquiera que sea sus sentimientos.
-se estará a su lado mientras se enfrenta al miedo.

Si lo ignoramos, o tratamos de restarle importancia, o incluso reprenderle,cuando se presente otra situación similar no habremos conseguido más que reforzar su espanto y le habremos enseñado al niño que no hay ningún modelo de comportamiento viable para superar el miedo.
Hay un aspecto muy importante y que siempre ha de tenerse presente: tener miedo no significa ser miedoso. El miedo es situacional, es decir, que va ligado a una determinada circunstancia o un determinado factor desencadenante.Hay que dejarlo ahí, y que el niño se tome el tiempo necesario para encontrar su propia manera de encajarlo. El pequeño debe tener la seguridad de que el miedo pasará cuando haya superado la situación.

Os dejo una dinámica para que hagáis en casa:
Les comentamos a los niños que a veces los miedos desaparecen solos.Les pedimos que piensen cúal es el miedo del que desean librarse. Se habla, describiendo de la manera lo más concreta. Se pintará la situación a la que le tienen miedo en un pañuelo de papel. Cogemos el papel que tiene dibujado y escrito nuestro miedo y hacemos una bolita que enterraremos en un jardín. El niño hará un agujero profundo en la tierra, meterá la bolita de papel, echará tierra y plantarán una flor. Pondremos una piedra para encontrar nuestra flor cada vez que queramos.

Feliz Hallween.

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