Para poder aplicar el coaching al aula lo primero que necesitamos es la voluntad del docente y la participación, aunque no sea consciente del discente.
Ahora, como coach, tengo que deciros que el coaching sin inteligencia emocional no se entiende.
El coach, en este caso, el docente, ha de reunir unas características imprescindibles para poder acompañar al alumno en el proceso de cambio. Si!!!! Cambio!!!!! Eso el el coaching en educación; un cambio hacia un objetivo.
Si pensáis en vosotros, en llevar a cabo cualquier cambio ( tanto personal como profesional) nos encontraremos que para confiar en una persona que nos acompañe en ests proceso, ha de ser, por lo menos digna de nuestra confianza. Llevado al aula, es lo mismo.
Y la confianza se da a las personas que:
NOS ESCUCHAN
NOS APRECIAN
NO JUZGAN
NOS VALORAN
NOS CONSIDERAN ESPECIALES
COMUNICAN DE MANERA ASERTIVA Y NO HIRIENTE
NOS TRANSMITEN ESE BUEN ROLLO.
Es por ello docente, que te animo a que emprendas la senda del coaching desde la honestidad, y empieces a sentir ese proceso de cambio primero contigo y después con tu legado profesional.
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